La desaceleración de la inflación japonesa da al BoJ un respiro

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Los datos publicados hoy para Japón muestran que la inflación no es más rígida ni más persistente de lo esperado, lo que hace poco probable que el BoJ suba las tasas por sorpresa en junio.

En abril, el IPC anual general en Japón aumentó un 2,5 por ciento, una desaceleración con respecto a la tasa del 2,7 por ciento de marzo.

La inflación subyacente, que excluye los alimentos pero no la energía, se desaceleró al 2,2 por ciento desde el 2,6 por ciento en marzo, en línea con las expectativas.

La inflación de servicios, un indicador de las presiones inflacionarias internas, se desaceleró a 1,7 por ciento en abril desde 2,1 por ciento en marzo.

El yen se mantuvo prácticamente plano tras la noticia, aunque se ha debilitado 0,8 puntos porcentuales en el transcurso de esta semana.

Los datos no indican que las presiones inflacionarias sean lo suficientemente fuertes como para justificar un aumento anticipado. Por lo tanto, seguimos esperando que el BoJ mantenga el tipo de referencia en el nivel actual en la próxima reunión de junio.

Más allá de junio, el Banco de Japón estará atento a los indicadores de actividad económica y consumo, crecimiento de los salarios y debilidad del yen.

Los datos publicados en las últimas semanas han arrojado algunas dudas sobre el impulso de la economía japonesa, aunque el BoJ tendrá varios datos adicionales sobre inflación y crecimiento salarial para julio.

La semana pasada, los datos del PIB para el primer trimestre de 2024 mostraron que el PIB general cayó un 0,5 por ciento trimestralmente, peor que las expectativas de una contracción del 0,3 por ciento.

El consumo quedó aún más por debajo, cayendo un 0,7 por ciento en comparación con el trimestre anterior.

Las mediciones más amplias de los salarios también han sido débiles y aún no han mostrado ningún traspaso desde el registro shunt liquidación salarialque se produjo en marzo, a la masa salarial de las empresas más pequeñas.

Sin embargo, los indicadores que tenemos hasta ahora sugieren que la demanda privada sigue siendo débil y que el crecimiento de los salarios es demasiado lento para alentar a los consumidores japoneses a gastar.

En los últimos días, el Banco de Japón ha estado permitiendo que los rendimientos de los bonos gubernamentales a 10 años aumenten a más del 1 por ciento, endureciendo las condiciones financieras. Creemos que esto es preferible en el corto plazo a aumentar las tasas oficiales.

Seguimos esperando que el Banco de Japón realice una subida adicional de tipos en 2024, llevando el tipo de referencia al 0,1-0,2% para finales de este año.

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