El Estado Islámico mató a más de 4.000 personas desde la derrota territorial en Siria

Los combatientes del Estado Islámico han matado a casi 4.100 personas en Siria desde 2019, cuando los yihadistas perdieron su último bastión en el país, dijo el sábado un monitor de guerra.

El EI invadió grandes extensiones de Siria e Irak en 2014, proclamó un llamado califato y lanzó un reinado de terror en junio de ese año.

En marzo de 2019, el grupo yihadista perdió sus últimos restos de territorio sirio en una campaña militar liderada por los kurdos y respaldada por una coalición liderada por Estados Unidos, pero los remanentes continúan lanzando ataques letales desde escondites en el desierto.

Los combatientes del EI “han matado a unas 4.100 personas en más de 2.550 operaciones en zonas controladas por el régimen o” la administración kurda semiautónoma desde 2019, afirmó el Observatorio Sirio de Derechos Humanos en un informe.

La mayoría de las víctimas son soldados, leales al gobierno y combatientes liderados por los kurdos, pero el número de víctimas también incluye a 627 civiles, dijo el Observatorio con sede en Gran Bretaña.

Más de la mitad de las 4.085 víctimas cayeron en el vasto desierto de Badia, en Siria, que se extiende desde las afueras de Damasco hasta la frontera iraquí.

Un total de “2.744 personas han sido asesinadas por el grupo EI desde su colapso formal en 2019, en varias zonas del desierto sirio”, indicó el Observatorio, que se basa en una red de fuentes dentro del país.

Los combatientes del EI han matado a más de 2.500 soldados y leales al gobierno en Badia desde la caída del llamado califato, según el Observatorio.

«Apenas pasa un día sin bombardeos, emboscadas, operaciones selectivas o ataques sorpresa» por parte de los yihadistas en la región, dice el informe.

“Estas operaciones se enfrentan a campañas de seguridad periódicas llevadas a cabo por fuerzas del régimen y grupos leales a ellas en lo profundo del desierto, con… aviones de guerra rusos apuntando al desierto casi a diario”, añadió.

El grupo ha sufrido graves daños y ha perdido a más de 2.000 combatientes, incluidos sus principales líderes, desde 2019, según el informe.

Un informe de las Naciones Unidas publicado en enero dijo que la fuerza combinada del EI en Irak y Siria era de entre 3.000 y 5.000 combatientes y que Badia servía como centro logístico y de operaciones para el grupo en Siria.

La guerra en Siria ha matado a más de medio millón de personas y ha desplazado a millones más desde que estalló en marzo de 2011 con la brutal represión de las protestas antigubernamentales por parte de Damasco.

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