La guerra contra la agricultura continúa: Dinamarca aplicará impuestos al ganado

La guerra contra la agricultura continúa: Dinamarca aplicará impuestos al ganado

La camarilla globalista necesita controlar el suministro de alimentos para poder controlar a las masas. El Foro Económico Mundial propuso poner fin a jardinería En general, todos los países están viendo cómo sus tierras agrícolas se compran en grandes cantidades, y en lugares como Estados Unidos se les quitan tierras mediante leyes de dominio eminente. El Reino Unido impuso un impuesto a las tierras agrícolas. Pollos simplemente para evitar que la gente tenga la posibilidad de conseguir su propia comida. Ahora, Dinamarca está implementando un impuesto para vaca propiedad.

Dinamarca ha impuesto un impuesto de 672 coronas (145 dólares) por vaca que posea cualquier persona en un intento de combatir el cambio climático. La gente debe pagar al gobierno por el lujo de poseer ganado, ya que éste amenaza el clima. El gobierno ha pagado a científicos para que respalden estas afirmaciones y ha falsificado estudios que afirman que la jardinería o la posesión de ganado de cualquier tipo amenazan la existencia del planeta Tierra. Al igual que con el COVID, nos vemos obligados ciegamente a confiar en “la ciencia” cuando es claramente propaganda.

Este es un problema de gran magnitud para Dinamarca, donde el 63% de la superficie total del país se destina a la producción agrícola. La población de vacas lecheras es de aproximadamente 546.800. disminuyendo 1,74% Entre 2022 y 2023, Dinamarca alberga el 2,5% de todas las vacas lecheras de la Unión Europea. Alrededor del 3,6% de toda la leche que se consume en la UE procede de Dinamarca. Sin embargo, Dinamarca está avanzando a toda velocidad para cumplir con los estúpidos objetivos climáticos. El país planea reducir el 70% de todas las emisiones para 2030, en consonancia con la Agenda 2030, antes de alcanzar la neutralidad climática en 2050.

El ministro de Asuntos Exteriores, Lars Lokke Rasmussen, elogió a Dinamarca por convertirse en el primer país en imponer un impuesto al carbono en la agricultura. El plan, como es habitual, es seguir aumentando este impuesto, ya que el gravamen llegará a 1.680 por vaca en 2035. Los miles de millones de ingresos se destinarán a la agenda verde.

Los agricultores de toda la UE llevan mucho tiempo protestando contra estas iniciativas climáticas. Se les obliga a cambiar su alimentación y a utilizar menos fertilizantes. Todo lo que se les pide que cumplan solo hace que su industria sea menos competitiva en comparación con países extranjeros que no cumplen ni cumplirán nunca la agenda verde.

Esto no hará nada para cambiar el clima ni el tiempo, pero sí impedirá que los pequeños agricultores operen y dará a unos pocos más control sobre la industria agrícola. El cambio climático es la premisa para imponernos impuestos hasta el olvido. Nadie puede cuestionar la agenda climática y no hay límite a la cantidad de carbono que afirman que deben reducir para salvar el planeta. Lenta pero seguramente, cada ley impuesta limitará la capacidad que Dios nos dio de utilizar la tierra para alimentarnos. Los gobiernos son absolutamente tiránicos con el poder y están tratando de controlar las necesidades humanas más básicas.

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