La interpretación errónea del tercer pleno de China – The Diplomat
El reciente Tercer Pleno del XX Comité Central del Partido Comunista Chino (PCCh) concluyó con un comunicado que ha provocado una serie de reacciones de los bancos de inversión y las empresas extranjeras. Los críticos lamentan la percepción de que no se han llevado a cabo reformas inmediatas y detalladas, pero esas respuestas pasan por alto la profundidad estratégica y la visión a largo plazo que el Tercer Pleno pretende establecer.
El comunicado, aunque conciso, sirve como resumen ejecutivo básico para el desarrollo de China a mediano y largo plazo, al que seguirán propuestas detalladas. Se espera que en los próximos meses se revele un informe que incluya más de 300 medidas de reforma divididas en tres secciones principales, junto con más detalles, a partir de una reunión del Politburó a fines de julio.
Las reacciones inmediatas del mercado –marcadas por caídas en los índices bursátiles y depreciación de la moneda– son engañosas. El comunicado del Tercer Pleno no está diseñado para ofrecer soluciones instantáneas, sino para esbozar una estrategia integral. Los próximos detalles, insinuados durante la conferencia de prensa, incluyen reformas significativas como la apertura de los sectores de servicios y manufactura a las empresas extranjeras, reformas fiscales y tributarias, medidas para impulsar el consumo interno, mejoras al sistema de pensiones y ajustes a las relaciones entre zonas urbanas y rurales. hukou (registro de hogares). Será necesaria paciencia para ver cómo se desarrollan plenamente estas reformas.
Los críticos se han centrado en la omisión de la frase “papel decisivo” del mercado, interpretándola como una regresión. Sin embargo, esta visión pasa por alto el contexto más amplio. A diferencia del Tercer Pleno de 2013, que respaldó el “papel principal” y el “papel dominante” del sector estatal y la “propiedad pública”, respectivamente, el comunicado de este año prometió “dar más importancia” a la reforma y “aprovechar mejor el papel del mercado”. Aunque estas frases están abiertas a la interpretación, el sentimiento general sugiere un esfuerzo coordinado para equilibrar los mecanismos del mercado con la participación del Estado, en lugar de disminuir el papel del mercado.
En todo caso, el comunicado transmite un sentido de urgencia poco común, al mencionar los riesgos a corto plazo y los objetivos de crecimiento, lo que indica que los dirigentes son muy conscientes de los desafíos económicos actuales.
Es cierto que quienes esperan un paquete de estímulo de tipo bazooka se sentirán decepcionados. Han Wenxiu, subdirector a cargo de los asuntos financieros y económicos del PCCh, aclaró que el enfoque se centrará en eliminar las barreras estructurales al bajo consumo, los bajos ingresos y la distribución ineficiente de los recursos, en lugar de en un estímulo inmediato a gran escala.
Sin embargo, es igualmente importante destacar el énfasis de Han en la necesidad de medidas de estímulo más proactivas. Reconoció que, si bien la economía se está moviendo en una dirección positiva, aún quedan desafíos importantes, en particular la falta de demanda efectiva. Para abordar esto, el gobierno planea acelerar la emisión de bonos de propósito especial para apoyar a los gobiernos locales que luchan con los pagos de la deuda y los costos operativos, agravados por el colapso del mercado inmobiliario.
En la conferencia de prensa también se destacaron los posibles ajustes en las relaciones fiscales entre los gobiernos centrales y locales, que incluyen aumentar los recursos fiscales de los gobiernos locales y ampliar sus bases impositivas, aumentando al mismo tiempo la proporción del gasto público cubierto por el gobierno central. Este cambio tiene como objetivo abordar el desequilibrio que existe cuando los gobiernos locales, responsables de la mayoría de los servicios públicos, carecen de suficientes poderes para recaudar ingresos y a menudo recurren al endeudamiento. Han dio a entender que estas reformas fiscales tienen como objetivo aprovechar el papel de la política fiscal para impulsar el crecimiento, una medida que probablemente será bien recibida por los inversores que buscan un mayor apoyo en medio de la crisis inmobiliaria.
Sin duda, el pleno sigue centrado decididamente en el fomento de “nuevas fuerzas productivas de calidad”, industrias de alta tecnología y manufacturas avanzadas. Los críticos podrían afirmar que el énfasis de Beijing en las medidas orientadas a la oferta en lugar de apoyar la demanda y en priorizar la tecnología y la manufactura por sobre el consumo de los hogares es profundamente equivocado. Sin embargo, es fundamental reconocer que Beijing no es ciega a las debilidades de la demanda.
La dirigencia del PCCh se adhiere firmemente al principio filosófico marxista de contradicción y unidad, y afirma que puede y quiere abordar ambos simultáneamente. Es cierto que se trata de un objetivo ambicioso y, sin duda, demasiado ambicioso, pero es importante tener en cuenta que la estrategia consiste en posicionar decisivamente a China como líder en tecnologías avanzadas y, al mismo tiempo, abordar agresivamente los desafíos económicos inmediatos mediante reformas estructurales.
En la conferencia de prensa también se abordó la necesidad de contar con una sólida red de seguridad social y de mejorar el sistema hukou para integrar mejor las zonas urbanas y rurales, lo que incluye ofrecer mejores servicios públicos y prestaciones sociales a los trabajadores migrantes, impulsando así el consumo interno.
El verdadero desafío del Tercer Pleno no reside en los objetivos generales –los esbozados son encomiables– sino en la implementación detallada de esas reformas. Garantizar que esas políticas se ejecuten de manera efectiva será crucial para lograr los resultados deseados. Las experiencias pasadas han demostrado que se pueden establecer agendas de reforma ambiciosas, pero su impacto real depende de la capacidad del gobierno para llevarlas a cabo con acciones concretas e implementar los cambios necesarios sin dañar aún más la confianza ya de por sí baja.
Dada la naturaleza opaca de la formulación de políticas de China, las reacciones iniciales del mercado y la decepción por la falta de detalles inmediatos son comprensibles, pero pasan por alto la intención estratégica de largo plazo del Tercer Pleno. A medida que surjan políticas detalladas, tendremos una comprensión más clara de las propuestas políticas concretas. Por ahora, es prematuro descartar el impacto potencial del Pleno.