El equipo olímpico de refugiados representa a los desplazados y deja su huella en París
Saman Soltani estaba sentada en un aeropuerto de Barcelona en 2022 preparándose para regresar a casa cuando recibió una llamada que cambió su vida. Eran sus padres con una advertencia: no regreses a Irán.
Soltani se encontraba en España para un campamento de natación artística. Había publicado fotos de ella en bikini en Instagram y la policía moral de Irán la estaba buscando. Estaba presa del pánico y se quedó atrapada. Llamó a su único amigo en Europa y voló para reunirse con él en Austria, donde más tarde le concedieron asilo.
Intentó adaptarse a su nueva realidad. Su amiga la animó a practicar kayak para ayudar a evitar la depresión. Había formado parte del equipo nacional iraní de este deporte y había ganado una medalla de plata en una prueba por equipos en los campeonatos asiáticos sub-23. Desde entonces, ha ganado una medalla de oro en los campeonatos nacionales de Austria, entre otros títulos.