Las cadenas de suministro globales no pueden eludir la ofensiva china contra las tierras raras
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Roula Khalaf, editora del FT, selecciona sus historias favoritas en este boletín semanal.
Las baterías, los paneles solares y las armas nucleares tienen un material en común: el antimonio. A medida que Pekín refuerza su control sobre los materiales de tierras raras (considerados como una represalia por las crecientes restricciones comerciales y aranceles a los productos fabricados en China), las cadenas de suministro globales no podrán evitar las consecuencias.
Los precios de los metales raros han aumentado en los últimos meses a medida que China ha comenzado a aumentar las restricciones a las exportaciones de estos materiales críticos. Pero pocos han experimentado un aumento tan brusco como el del antimonio. El mes pasado, las autoridades anunciaron la implementación de licencias de exportación para el antimonio, y las nuevas medidas entrarán en vigor el 15 de septiembre.
Las propiedades de resistencia al fuego y al calor del antimonio lo hacen crucial en la producción de baterías, especialmente las de plomo-ácido y las que se utilizan en los automóviles. También se utiliza para fabricar otras piezas de automóviles, incluidas las pastillas de freno.
En los últimos años, el cambio global hacia la energía verde ha creado una nueva demanda de antimonio. El material es capaz de mejorar la transparencia del vidrio de cubierta de las células solares. Este vidrio supertransparente mejora el rendimiento de las células solares y también se utiliza en las pantallas de los teléfonos inteligentes.
Más importante aún, una escasez prolongada de antimonio podría suponer un riesgo para la seguridad. Se trata de un material fundamental en la cadena de suministro de defensa y se utiliza en todo tipo de productos, desde la producción de armas nucleares hasta la fabricación de gafas de visión nocturna, municiones y sensores infrarrojos.
Las restricciones a la exportación aún no han entrado en vigor, pero los precios del antimonio ya han alcanzado un máximo histórico. Los precios al contado en Europa y China han superado los 25.000 dólares por tonelada, más del doble de los precios de finales del año pasado.
Para los usuarios globales de este elemento, encontrar un proveedor sustituto no parece fácil. La demanda es alta y China es el mayor productor de antimonio a nivel mundial, con casi la mitad de la participación en el mercado mundial, según el Servicio Geológico de Estados Unidos.
En cambio, Estados Unidos no ha extraído antimonio comercializable desde 1997. La producción de países como Rusia y Myanmar introduciría complicaciones en las cadenas de suministro debido a las sanciones. Incluso estos depósitos suelen ser explotados parcialmente por empresas de propiedad china, que tienen una posición dominante en el procesamiento y refinación del material una vez extraído.
Las acciones de Hunan Gold Corporation, uno de los mayores productores de antimonio, han ganado un 35 por ciento este año. Las acciones de Perpetua Resources, cuya mina de oro y antimonio en Idaho es una de las pocas fuentes de depósitos de antimonio en Estados Unidos, han subido un 50 por ciento en el último mes y casi se han triplicado en los últimos seis meses.
Hasta que las cadenas de suministro mundiales encuentren una alternativa a las fuentes de antimonio controladas por China, los precios sólo deberían seguir subiendo.