La ONU celebra la “Cumbre del Futuro” para abordar las crisis mundiales
Los líderes mundiales se reunirán el domingo en Nueva York para una «Cumbre del Futuro» destinada a abordar los desafíos del siglo XXI, desde los conflictos hasta el clima, en medio del escepticismo sobre si el pacto final cumplirá sus elevados objetivos.
El Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, propuso por primera vez la reunión en 2021, calificándola como una «oportunidad única en una generación» para remodelar la historia humana reavivando la cooperación internacional.
Como acto de apertura de la semana anual de alto nivel de la Asamblea General de la ONU, que comienza el martes, se espera que docenas de jefes de Estado y de gobierno adopten un «Pacto para el Futuro» el domingo.
Pero después de intensas negociaciones de último momento, Guterres expresó cierta frustración, instando a las naciones a mostrar «visión» y «coraje», y pidiendo «máxima ambición» para fortalecer las instituciones internacionales que luchan por responder eficazmente a las amenazas actuales.
En la última versión del texto que será presentado para su adopción, los líderes se comprometen a fortalecer el sistema multilateral para «seguir el ritmo de un mundo cambiante» y «proteger las necesidades e intereses de las generaciones actuales y futuras» frente a una «crisis persistente».
«Creemos que hay un camino hacia un futuro más brillante para toda la humanidad», dice el documento.
El pacto, de casi 30 páginas, describe 56 «acciones», incluidos compromisos con el multilateralismo, la defensa de la Carta de las Naciones Unidas y el mantenimiento de la paz.
También exige reformas en las instituciones financieras internacionales y en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, junto con esfuerzos renovados para combatir el cambio climático, promover el desarme y orientar el desarrollo de la inteligencia artificial.
Aunque hay algunas «buenas ideas», el texto «no es el tipo de documento revolucionario que reforme el multilateralismo en su conjunto, como Antonio Guterres había pedido originalmente», explicó a la AFP Richard Gowan, del International Crisis Group.
El sentimiento es ampliamente compartido entre los diplomáticos, muchos de los cuales expresan su frustración al discutir la ambición y el impacto del texto, describiéndolo como «tibio», «el mínimo común denominador» y «decepcionante».
«Lo ideal sería que surgieran nuevas ideas, ideas frescas, como la versión 2.0 y algo más. Pero cuando hay 200 países que tienen que ponerse de acuerdo, se acaba creando un árbol de Navidad de todo», dijo un diplomático.
Tras intensas negociaciones en los últimos días, Rusia sigue teniendo objeciones a la versión final del texto publicado el sábado, indicó a la AFP una fuente diplomática. Aunque se espera que el pacto sea adoptado, su aprobación no está garantizada.
La lucha contra el calentamiento global fue uno de los puntos conflictivos de las negociaciones, y las referencias a la «transición» hacia el abandono de los combustibles fósiles desaparecieron del borrador del texto hace semanas, antes de ser reinsertadas.
A pesar de las críticas, sigue siendo «una oportunidad para afirmar nuestro compromiso colectivo con el multilateralismo, incluso en el difícil contexto geopolítico actual», dijo un diplomático occidental, enfatizando la necesidad de reconstruir la confianza entre el Norte y el Sur globales.
Los países en desarrollo han sido especialmente expresivos a la hora de exigir compromisos concretos sobre la reforma de las instituciones financieras internacionales, con el objetivo de asegurar un acceso más fácil a financiación preferencial, especialmente a la luz de los impactos del cambio climático.
El texto incluye de hecho «compromisos importantes en materia de justicia económica y de reforma de la arquitectura financiera internacional», comentó Human Rights Watch (HRW), al tiempo que elogió «la centralidad de los derechos humanos».
Sin embargo, los líderes mundiales «aún tienen que demostrar que están dispuestos a actuar para defender los derechos humanos», afirmó Louis Charbonneau, director de HRW ante la ONU.
Independientemente de su contenido, el pacto y sus anexos (un Pacto Digital Mundial y una Declaración sobre las Generaciones Futuras) no son vinculantes, lo que plantea preocupaciones sobre su implementación, especialmente porque algunos principios (como la protección de los civiles en los conflictos) se violan a diario.
«Nuestra próxima tarea es darles vida, convertir las palabras en acciones», instó Guterres el sábado.
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