La geopolítica de la promesa de inversión de 5.000 millones de dólares del BAII a Vietnam – The Diplomat
El Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (BAII) anunció recientemente que estaba dispuesto a proporcionar 5.000 millones de dólares en financiación en condiciones favorables para una serie de proyectos de infraestructura de transporte en Vietnam. Según el presidente y director del directorio del BAII, Jin Liqun, citado en el Hanoi TimesEstos proyectos incluyen “un ferrocarril de alta velocidad Norte-Sur, tres ferrocarriles que conectan Vietnam con China, Asia Central y Europa, y líneas de metro urbano en Hanoi y Ciudad Ho Chi Minh”.
El BAII es un banco multilateral de desarrollo con sede en Pekín cuyo principal respaldo financiero es China. El banco fue concebido como una especie de contrapeso a otros prestamistas multilaterales como el Banco Asiático de Desarrollo, donde China tiene menos poder de voto e influencia que sus rivales geopolíticos, como Japón y Estados Unidos.
Si se concreta la cifra de 5.000 millones de dólares, representaría una inversión sustancial en la infraestructura nacional de Vietnam y una ampliación masiva de los vínculos financieros actuales del BAII en el país, que hasta la fecha han totalizado 233 millones de dólares en proyectos relativamente modestos como la preparación para pandemias. Vietnam ha planes ambiciosos El país necesita invertir 65.000 millones de dólares en modernizar su infraestructura nacional de transporte y necesitará financiación externa para pagar todo ello. La cifra que anunció hace unos años fue de 65.000 millones de dólares para construir una red de ferrocarriles de alta velocidad y convencionales, aeropuertos y autopistas para 2030.
¿Qué significa realmente esta promesa? Básicamente, es una señal de que el BAII quiere ser un socio clave para el desarrollo y ayudar a Vietnam a alcanzar sus objetivos de infraestructura, que como mínimo requerirán miles de millones de dólares. Sin embargo, hasta que se materialice un plan de inversión más concreto, la promesa sigue siendo principalmente una señal de las intenciones del BAII (y de la receptividad de Vietnam a la idea), pero por ahora no significa mucho en términos prácticos.
La señal que envía es, sin embargo, importante porque significa que el BAII, y por extensión China, están dispuestos y son capaces de financiar grandes proyectos de infraestructura en Vietnam. No sólo eso, sino que están dispuestos a hacerlo a tasas concesionales, en lugar de las del mercado. La apertura de Vietnam a esta idea es digna de mención, ya que el país ha sido cauteloso a la hora de depender de China para la infraestructura estratégica. Por ejemplo, Vietnam ha sido reacio utilizar empresas chinas para construir sus redes de telecomunicaciones basándose en preocupaciones de seguridad nacional.
Teniendo en cuenta algunas de las áreas en las que el BAII pretende centrarse, este anuncio también puede interpretarse como un mensaje más sutil a los competidores geopolíticos de China en la región, especialmente Japón y Estados Unidos. Japón ha sido un socio activo en el desarrollo de Vietnam durante muchos años. Financiación de la construcción de la demorada línea 1 del metro de Ho Chi Minh, así como varias ampliaciones de aeropuertos. Japón probablemente estaría en la carrera por construir cualquier línea ferroviaria de alta velocidad en el país.
Es interesante que el presidente del BAII, Jin Jin, haya mencionado específicamente el transporte urbano en Ciudad Ho Chi Minh y la línea ferroviaria de alta velocidad Norte-Sur como proyectos que se financiarán en el marco de este compromiso de inversión de 5.000 millones de dólares, porque se trata de áreas en las que podríamos esperar que Japón también participara. La Corporación de Ingeniería Ferroviaria de China ya construyó el primer tramo del metro de Hanoi, por lo que la expansión al sistema de transporte urbano de Ciudad Ho Chi Minh, así como a proyectos ferroviarios nacionales clave, representaría una expansión considerable de la presencia en las redes físicas de transporte de Vietnam, posiblemente a expensas de la inversión japonesa.
La otra cosa que hay que destacar es que el anuncio señala claramente que los 5.000 millones de dólares se prestarán a tipos de interés concesionales, es decir, por debajo de los tipos de interés del mercado. Esto contrasta con otras grandes iniciativas de infraestructura lideradas por extranjeros, como el Alianza para una Transición Energética Justa (JETP) que organizan Estados Unidos, Japón y sus aliados europeos. El JETP de Vietnam es un fondo de 15.000 millones de dólares destinado a la inversión en energía limpia y el plan es que el dinero se divida equitativamente entre préstamos a tipo de interés concesional y a tipo de interés de mercado.
Un gran punto de fricción con el JETP de Vietnam, así como un Fondo similar en IndonesiaEl problema es que los términos de la financiación y los programas no contienen suficientes subvenciones y préstamos en condiciones favorables. Vietnam no quiere verse endeudado a tipo de interés de mercado en el proceso de construcción de infraestructuras, por lo que la indicación del BAII de que los 5.000 millones de dólares se financiarán a tipos de interés favorables tiene un significado añadido si se lee en este contexto.
¿Significa eso que esta promesa debe interpretarse exclusivamente desde el punto de vista de la geopolítica y la competencia entre grandes potencias? No. Hay más factores en juego, pero sí pone de relieve hasta qué punto las economías de rápido crecimiento de la región, como Vietnam e Indonesia, tienen opciones a la hora de elegir con quiénes se asocian y cómo financian y construyen infraestructura. Esto es algo que cualquier país que busque ampliar su presencia estratégica en la región probablemente debería tener en cuenta.