Una década de descontento – The Diplomat
Desde que China dio a conocer sus planes para incluir a Europa del Este en la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2014, los Balcanes Occidentales se han convertido en un punto focal para empresas de inversión destinadas a mejorar la infraestructura, mejorar la accesibilidad a la energía y crear oportunidades de empleo. Sin embargo, la recepción de estas inversiones ha estado lejos de ser cálida, y muchos proyectos provocaron disputas legales prolongadas y reacciones públicas.
Serbia, la nación balcánica que tiene el mayor apetito por los costosos y contaminantes proyectos de infraestructura que China ha ofrecido, acaba de celebrar la decisión de Xi Jinping. visita a Belgrado con un gran titular en un periódico progubernamental que dice: “Que la luz de nuestra amistad férrea brille en el camino de la cooperación China-Serbia”. Esto resume sucintamente la narrativa oficial sobre una década de inversiones chinas en el país, mientras que las dos partes acordaron que a esto le seguirán nuevos acuerdos de inversión por valor de varios miles de millones de euros.
Nuestra investigación muestra un descontento público en rápido crecimiento con este retrato oficial de la amistad. Hemos identificado más de 52 denuncias penales o protestas contra proyectos financiados por China en Serbia desde 2014. Entre otras cosas, incluyen acusaciones de desplazamiento ilegal de aldeanos, demolición ilegal de la cima de una montaña, violación de los derechos de los trabajadores y construcción de minas a gran escala sin autorización. permiso de trabajo o estudios de evaluación de impacto ambiental.
En toda la región, la realidad de las inversiones de China pide contar una historia diferente. El mapeo de Just Finance International ha identificado más de 100 casos de protestas y denuncias penales en respuesta a los impactos de las inversiones chinas en Serbia, Montenegro, Bosnia y Herzegovina, Macedonia del Norte y Albania entre 2014 y 2024. Estos casos plantean cuestiones fundamentales sobre la legalidad de las inversiones chinas que, según las poblaciones locales afectadas , han perpetuado la degradación ambiental, las violaciones de derechos humanos y los problemas de transparencia.
Nuestra investigación subraya los importantes costos ambientales, sociales y climáticos incurridos por la incesante expansión de China en los Balcanes Occidentales. En varios casos, las ambiciones políticas aparentemente han negado las leyes nacionales a favor de objetivos de crecimiento económico, y la construcción comenzó antes de que se cumplieran numerosos requisitos legales (licitaciones públicas, planes espaciales o de reubicación y evaluaciones de impacto ambiental).
Este desprecio por los protocolos legales en la realización de estos proyectos de desarrollo ha impactado gravemente el bienestar y los medios de vida de las comunidades de toda la región. Entre otros problemas, los lugareños han estado expuestos a la contaminación del aire que excede los niveles nacionales, y los agricultores han estado sujetos a confiscación de tierras sin compensación.
El atolladero legal que rodea a estas inversiones es profundo y complejo: los resultados de los casos judiciales son inciertos y los costos de las batallas legales prolongadas (algunas de ellas se prolongan durante años) aumentan para todas las partes involucradas. Sin embargo, el gran volumen de denuncias penales pone de relieve la naturaleza profundamente polémica de muchas inversiones y el creciente descontento dentro de las comunidades afectadas.
Para agravar estos desafíos hay informes de que los trabajadores asiáticos –traídos a los Balcanes Occidentales por los inversores chinos– han protestado contra una serie de cuestiones, incluidas condiciones de vida y de trabajo deficientes y pagos inadecuados. Un caso inquietante de sospechosos trabajo forzado en la construcción de la fábrica de neumáticos LingLong en Zrenjanin, Serbia, ilustra el costo humano de la expansión económica desenfrenada y resalta aún más los dilemas éticos inherentes a estas inversiones.