El magnate de las aerolíneas malayas Fernandes retrasa su jubilación

(ARCHIVOS) El director ejecutivo de Capital A, Tony Fernandes, habla durante una rueda de prensa en la sede de AirAsia RedQ en Sepang el 8 de enero de 2024. – Tony Fernandes de Malasia, uno de los empresarios más destacados de Asia, ha decidido ampliar su contrato como director ejecutivo de Capital. A, dijo la firma el 24 de abril de 2024, después de que la junta lo persuadiera de retrasar su jubilación planificada. (Foto de Arif Kartono / AFP)

KUALA LUMPUR (AFP) – Tony Fernandes de Malasia, uno de los empresarios más destacados de Asia, decidió extender su contrato como director ejecutivo de Capital A, dijo la firma el miércoles, después de que la junta lo convenciera de retrasar su jubilación prevista.

Fernandes, de 59 años, un pionero del sector de aerolíneas económicas del Sudeste Asiático a quien a menudo se le compara con el magnate británico Richard Branson, dijo en enero que tenía la intención de dejar el cargo en los próximos cinco años después de más de dos décadas al mando.

Pero Capital A, que opera el grupo de aerolíneas de bajo costo AirAsia, dijo en un comunicado que había firmado un nuevo contrato de cinco años.

Fernandes dijo que estaba «emocionado de embarcarse en el viaje para completar la transformación total de Capital A».

La firma dijo que había aprobado un paquete de incentivos pero no reveló detalles.

El extravagante Fernandes revolucionó los viajes aéreos en el sudeste asiático con el eslogan de su aerolínea “Ahora todos pueden volar”, ofreciendo billetes baratos que dieron la oportunidad a los 650 millones de habitantes de la región de volar por primera vez.

El ex ejecutivo de la industria discográfica asumió el control de AirAsia, que generaba pérdidas, poco después de los ataques del 11 de septiembre en Estados Unidos, que hicieron caer en picada a la industria de la aviación mundial, y se le dieron pocas posibilidades de tener éxito.

Compró la aerolínea, que sólo tenía dos aviones y tenía una deuda de 40 millones de ringgit (13,4 millones de dólares), por un ringgit simbólico, e hipotecó su casa para invertir dinero en la aerolínea.

Desde entonces se le atribuye el mérito de haber iniciado una revolución en los viajes aéreos regionales.

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