¿Cambiará la aceptación pública? – El diplomático
El nuevo gobierno de Pakistán parece decidido a abordar los problemas financieros del país privatizando docenas de empresas estatales deficitarias. Destacando que existe “no hay tal cosaComo empresas estatales estratégicas, el Ministro de Finanzas, Muhammad Aurangzeb, dijo que el gobierno está comprometido con la agenda de privatización y reforma.
En una conferencia de prensa en Lahore, el ministro de Finanzas enfatizó que hay “No hay vuelta atrás” sobre los planes de privatización, ya que las “manos del país han sido forzadas”.
El Viceprimer Ministro Ishaq Dar se hizo eco de sentimientos similares y afirmó que el gobierno limitará sus negocios únicamente a empresas estatales estratégicas y esenciales.
La urgencia detrás de esta medida es obvia. El gobierno de Shehbaz Sharif, apoyado por el poderoso ejército de Pakistán, está tratando de reducir la carga financiera causada por las continuas pérdidas de las empresas estatales. Estas pérdidas se ven exacerbadas por cuestiones como los robos masivos de energía, una fuerza laboral inflada de empleados designados políticamente y problemas de recaudación de impuestos derivados de la renuencia de la Junta Federal de Ingresos a implementar reformas.
Además, sectores Los bienes raíces, como los bienes raíces, han operado durante mucho tiempo sin un régimen tributario activo, mientras que los acuerdos de ayuda relacionados con la energía, el petróleo y los alimentos han presionado aún más los recursos del gobierno. Con una inflación alta y empresas operando a capacidad reducida, al público sólo le interesa buscar ayuda, subsidios y concesiones. No están preparados para nuevas medidas fiscales. Esto podría hacer que la tarea del Ministro de Finanzas de poner a Pakistán en una trayectoria de crecimiento impulsado por las exportaciones sea aún más desafiante.
El nuevo gobierno enfrenta minas terrestres políticas mientras navega por la compleja tarea de reestructurar las empresas estatales e implementar reformas. Informes sugerir que los esfuerzos por atraer a más minoristas y comerciantes a la red tributaria podrían alienar a la base central de la gobernante Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N), que sufrió un revés masivo en su bastión de Punjab en las elecciones recientes.
La actual crisis del trigo también ha enfurecido a las comunidades rurales de ingresos medios en Punjab, ya que la el gobierno carece los recursos para comprar trigo, habiendo importado recientemente una cantidad importante.
El próximo presupuesto, que probablemente estará en línea con las demandas del Fondo Monetario Internacional (FMI), puede carecer de medidas de ayuda para el público, lo que molestará aún más a las masas en todo el país.
Sin embargo, el lado positivo es que Pakistán reconoce la necesidad urgente de reformas y la comunidad internacional está tomando nota de la determinación del país de introducir cambios importantes.
El banco de Wall Street, Citi, ha proyectado que Pakistán probablemente llegue a un acuerdo con el FMI para un nuevo programa de cuatro años de 8.000 millones de dólares a finales de julio, lo que podría tener un impacto positivo en los bonos internacionales del país para 2027. Además, el Bolsa de Valores de Pakistán ha sido testigo de un aumento de la actividad en las últimas semanas, con el índice cruzando el umbral significativo de 74.000 puntos, lo que indica confianza de los inversores y optimismo sobre las perspectivas económicas.
Además, se espera una importante refinanciación por parte de China, mientras que se espera que Arabia Saudita y otros Estados del Golfo realicen importantes inversiones en la privatización de empresas deficitarias y otros proyectos. Esto es un buen augurio para Pakistán, ya que podría allanar el camino para otros inversores, a medida que aumentan los riesgos para la estabilidad en el país.
Estas medidas están respaldadas por el Consejo Especial de Facilitación de Inversiones (SIFC), un organismo liderado por civiles y militares que aprueba todas las reformas a nivel estratégico, reduce la burocracia y presiona para obtener apoyo para la agenda de reformas. Esto al menos muestra que tanto los líderes civiles como los militares están sincronizados con la necesidad de avanzar con la agenda de reformas.
La urgencia de abordar los problemas financieros del país es clara y el gobierno parece decidido a tomar medidas audaces para cambiar la situación. El desafío mayor y quizás clave para el gobierno en el corto plazo podría ser cómo reaccionan las personas, las empresas y los intereses políticos y otros intereses creados a nivel nacional ante estas reformas.
Si el gobierno logra superarlo, podría pasar página en la economía de Pakistán.